viernes, 2 de agosto de 2013

EL PURO DE CORAZON


Con dos alas se levanta el hombre de las cosas terrestres :  por la sencillez y la pureza.
La sencillez ha de estar en la intención, y la pureza en la aflicción.
La sencillez pone la intención en Dios, la pureza le abraza y le gusta.

Ninguna buena obra te impedirá, si interiormente estuvieres libre de todo desordenado deseo.
Si no piensas ni buscas sino el beneplácito divino y el provecho del prójimo, gozarás de interior libertad.

Si fuese tu corazón recto, entonces te sería toda criatura espejo de vida y libro de santa doctrina.
No hay criatura tan baja ni pequeña que no represente la bondad de Dios.
Si tú fueses bueno y puro en lo interior, luego verías y entenderías bien todas las cosas sin impedimento.

El corazón puro penetra el cielo y el infierno.

Cual es cada uno en lo interior, tal juzga lo de fuera.

Si hay gozo en el mundo, el hombre de corazón puro lo posee.

Tomás de Kempis              Imitación de Cristo II 4